Cinco cosas que debes saber si tienes un eccema

Sábado 25 de Enero del 2020

Hombre rascándose el brazo.

Las personas con historia familiar de eccema tienen un mayor riesgo.

El eccema es uno de los motivos de consulta más frecuentes en dermatología. A pesar de ello, su prevalencia es difícil de estimar, al tratarse de un concepto muy amplio que abarca muchas enfermedades. Victoriano Morales, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, y Juan Gavín, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explican a CuídatePlus cuáles son los aspectos que debes conocer de este problema cutáneo.

1. ¿Qué es el eccema y cuáles son sus causas?

“El eccema es una forma de reaccionar de la piel ante diferentes tipos de alteraciones o agresiones”, apunta Gavín. Se trata de “un problema cutáneo que ocasiona piel seca, con tendencia a la irritación y picor, descamativa y de un color rojizo. Puede afectar a cualquier edad, tanto a niños como a adultos, y es más frecuente en determinados grupos familiares”,  añade Morales.

“Aunque su causa no es completamente conocida, la genética parece tener un papel determinante. Las personas con historia familiar de eccema tienen un mayor riesgo en cuanto al desarrollo de la condición. En estas personas existe una alteración en la barrera cutánea que pasa a ser más permeable y menos efectiva, llevando a la pérdida de agua en la piel y favoreciendo la adquisición de infecciones cutáneas tales como impétigo, moluscos contagiosos, verrugas víricas o herpes simple en estas zonas”, dice el dermatólogo de Quirónsalud Madrid.

A pesar del gran arraigo popular, este especialista en Dermatología considera que la relación entre el eccema en los niños y las alergias alimentarias es muy poco probable.

El miembro de la AEDV resume las causas del eccema en dos grandes grupos: alteraciones de la estructura y funcionamiento cutáneo que desencadenan inflamación y desencadenantes externos que, por un proceso de irritación o alergia, desencadenan las lesiones.

¿Hay diferentes tipos de eccema?

Gavín clasifica los eccemas en función de su etiología (o causa) o de su evolución. “En función de la causa, distinguimos el eccema atópico (más frecuente en la infancia), seborreico, asteatósico, varicoso, irritativo de contacto, alérgico de contacto o desencadenado por fármacos. En función de la evolución, vemos el eccema agudo, donde predominan lesiones exudativas, subagudo y crónico, donde la piel se ha engrosado como mecanismo de adaptación al rascado”.

2. ¿Qué síntomas da?

Los primeros síntomas del eccema, según Morales, “suelen desarrollarse en la infancia, normalmente antes de los cinco años de edad. Es habitual la presencia de picor intenso, zonas de enrojecimiento, descamativas y pequeñas ampollas. Este intenso picor lleva al rascado por parte del niño, que, a su vez, empeora la sensación de picor y puede infectar la zona. Este picor suele ser más intenso por la noche e interferir con el sueño del niño aumentando su irritabilidad y somnolencia durante el día”.

Además del picor, Gavín habla de ardor o molestias, y considera que “dependiendo del tipo de eccema las características del picor se modifican. Por ejemplo, en eccema atópico, el rascado es placentero, mientras que en eccemas irritativos de contacto intensos normalmente hay más molestia que picor franco”.

3. ¿Hay factores que desencadenan el eccema?

Existen una serie de factores desencadenantes que se deben evitar en las personas con eccema:

• Ambiente muy frío y seco.

• Sudoración excesiva.

• Estrés emocional o ansiedad.

• Cambios bruscos de temperatura.

• Exposición a determinados químicos como detergentes, perfumes, lana, tejidos de fibra sintética, polvo, arena y humo del tabaco.

4. ¿Qué medidas son necesarias si lo padeces?

Morales explica dos medidas concretas que adoptar para los pacientes con eccema:

Mantener la piel hidratada con cremas grasas o ungüentos. El mejor momento para aplicarlos es justo después del baño, con la piel todavía húmeda. Se deben evitar las lociones hidratantes, ya que son menos efectivas.

Baños cortos de menos de 10-15 minutos con agua templada. Los aditivos (aceites, lociones, polvos) que se añaden en algunos casos al agua del baño con intención de mejorar el eccema no se han demostrado efectivos en los estudios realizados y no se aconsejan.

Aparte de la hidratación diaria para prevenir su aparición, Gavín aconseja “evitar el contacto con sustancias potencialmente irritantes o alérgenos. En caso de lesiones es importante consultar al dermatólogo para que paute el tratamiento pertinente, porque lo que nunca se debe hacer es automedicarse”.

Sobre si los eccemas requieren cuidados extra en verano, el miembro de la AEDV considera que es necesario “evitar la sequedad de la piel debida a inmersiones repetidas en el agua y secado. No obstante, muchos eccemas incluso mejoran en verano”.

5. ¿Qué tratamientos hay?

Si a pesar de seguir las recomendaciones anteriores la persona desarrolla eccema, será necesario iniciar tratamiento. La primera indicación será utilizar un corticoide en crema -los hay de diferentes potencias;  algo que el dermatólogo debe evaluar en cada caso concreto-.

Como alternativa a los corticoides en crema, especifica Morales, “podemos utilizar tacrolimús o pimecrolimús (inhibidores de la calcineurina), más indicados para controlar o mantener el eccema, ya que no presentan una acción tan rápida como los anteriores. Son especialmente interesantes para su uso en la zona facial y los pliegues y su uso está autorizado a partir de los dos años de edad. Los corticoides orales o los inmunosupresores por vía oral están reservados para casos de eccema más extenso que no responde bien al tratamiento habitual y se valora su utilización en estos casos especiales”.

La fototerapia o exposición a rayos ultravioleta es muy efectiva para el eccema. En este caso también se debe seleccionar a los pacientes con mayor extensión del eccema o en los que su eccema es más resistente, ya que aumenta el riesgo de cáncer de piel.

La medicación más novedosa para el tratamiento del eccema se llama dupilumab. “Es una terapia llamada ‘biológica’ y su administración es mediante inyección subcutánea. Su alto coste y potencial de efectos adversos hace que esté reservado solo para adultos con eccema moderado o grave y que previamente no hayan respondido a otros tratamientos”, comenta Morales. “Estas terapias biológicas que están comenzando a utilizarse en eccema atópico supondrán un cambio importante en el manejo de la patología”, ratifica Gavín.

Morales cita una última medida, los wet dressings o vendajes húmedos, para reducir el picor y el rascado del paciente durante la noche.

Fuente: http://ow.ly/baZ630qcdnT